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miércoles, 25 de febrero de 2015

¡A DISFRAZARNOS DE LOBOS!

Saludos a todos un día más desde la selva!
Cómo ya sabéis se acerca la fecha del Festival de la Canción, y el sábado 21 de marzo por la tarde, todas las manadas de todos los grupos scouts de Castilla La-Mancha, haremos un gran juego juntos. El juego estará ambientado en el "Libro de las tierras vírgenes", o cómo algunos conoceréis mejor "Libro de la selva" y como lobos que somos, tendremos que ir disfrazados de ellos.
Por ello, este sábado 28, haremos un taller para elaborar nuestro disfraz. Para hacer el taller es necesario que traigáis una diadema básica y sin adornos, marrón, gris o negra.










La idea es que quede así:








De paso, os aclaramos el tema de las camisetas del festival. Estos días, les hemos estado probando camisetas a los lobatos, solamente para hacer una estimación de las tallas con vista a hacer el pedido. Cuando esté todo listo, os avisaremos para que nos digáis quien está interesado en comprarla. Os avisamos de que no es obligatoria, y valen 5 euros. Eso sí, ¡están chuliiiiiiiisimas! :D

Con todo esto, esperamos veros el sábado con la ilusión de siempre o más si cabe. Os recordamos que toca en el COLEGIO ^^

Os queremos

domingo, 8 de febrero de 2015

EL LIBRO DE LAS TIERRAS VIRGENES - Capítulo 5: ¡Al tigre! ¡Al tigre!

Siguiendo su decisión de irse con los hombres, Mowgli llegó al pueblo de los humanos. Allí se encontró con un hombre a la entrada y como estaba hambriento y no conocía su lengua, le pidió comida de la mejor forma que pudo, señalándose la boca.
El hombre, asustado, salió corriendo a llamar a los demás y pronto volvió con mucha gente.

Los miembros del pueblo estaban muy sorprendidos de ver a un niño como Mowgli y pronto varias mujeres empezaron a decirle a Messua, una mujer que vivía allí también que se parecía al niño que una vez le robó un tigre cojo.

Messua, aunque sabía que ese no era su hijo decidió al igual que hacía muchos años había hecho Raksha que lo cuidaría como si fuese su propio hijo, así que se lo llevó a su casa para darle de comer.
Al ver al simpático marido de Messua gastarle bromas, Mowgli pensó que tendría que aprender a hablar como los humanos, para poder entenderlos, así que se esforzó en repetir todo lo que decían Messua y su marido.

A la hora de dormir, Mowgli se escapó por la ventana de la casa, porque no esta acostumbrado a dormir bajo un techo, ya que le recordaba a una trampa, así que se tumbó en un campo de cultivo al lado de la casa. Mientras miraba las estrellas, notó como un hocico le tocaba el hombro. Era Hermano Gris que había ido a verlo y a contarle que Shere Khan se había ido de la selva hasta que le volviera a salir el pelo que Mowgli le quemó con la flor roja y, que cuando volviese, sería para matarlo definitivamente.

Pasaron 3 meses y el chico fue aprendiendo las costumbres humanas: a hablar como ellos, a llevar ropa, a usar el dinero y muchas otras cosas...
Con el tiempo consiguió un trabajo: él sería el nuevo pastor de los toros de la aldea. Un día los llevó a un pantano para que los toros pudieran refrescarse, sentado sobre la cabeza de Rama, el jefe del rebaño como era su costumbre. Allí se encontró a Hermano Gris, quien le contó que el tigre había vuelto a la selva pero como no había encontrado al niño humano se había ido a cazar unos días por ahí.
Mowgli le pidió que viniese todos los días al pantano a verlo hasta que el tigre volviese. Así, el día que no viese al lobo, sabría que Shere Khan estaba de vuelta en la selva.
  
A partir de ese día Mowgli fue siempre con los toros a ese pantano y se quedaba tranquilo al ver a Hermano Gris esperándolo allí sentado. Hasta que un día el lobo no apareció y fue señal de que tendría que luchar con Shere Khan.

Al rato, tras unos arbustos apareció Hermano Gris que le contó al chico que el tigre estaba echándose la siesta en el barranco para coger fuerzas para esa noche, en la que pretendía tenderle una emboscada a Mowgli a la entrada del pueblo para matarlo cuando volviese con los toros a dormir.
Decidieron entonces que le tenderían ellos una trampa a él, provocando una estampida dentro del barranco con la mitad del rebaño de toros, mientras que con la otra mitad cerrarían la entrada para que Shere Khan no pudiera escapar.

-Pero... ¿cómo vamos a separar en dos nosotros solos a tanto toro? - preguntó Mowgli.
- No te preocupes, hermano. He traído a alguien que nos podrá ayudar - dijo Hermano Gris, muy tranquilo.

Entonces de entre los arbustos en los que había estado escondido Hermano Gris, apareció un gran lobo.
- ¡Akela! - gritó Mowgli con los ojos como platos por la sorpresa.
- Hola cachorro mio, he venido a ayudarte como siempre dije que haría, ¡vamos a separar a esos toros! - ladró el viejo lobo.
En un momento, Hermano Gris y él habían separado en dos grupos al rebaño y, mientras Hermano Gris se llevaba a un grupo de toros para tapar la salida del barranco, Mowgli y Akela condujeron al otro grupo hacia la entrada del mismo, donde estaba Shere Khan durmiendo.

El tigre estaba muy adormilado, soñando que era el rey de la selva sin saber que ese sería su último sueño.
De repente escuchó una voz muy familiar, pero que no reconoció en el momento, así que preguntó:
-¿Quién eres, que me despiertas en mi siesta?
y la voz contestó - Soy Mowgli, el pequeño cachorro que viene a terminar nuestra disputa. ¡Más te vale que corras, tigre cobarde!
En ese instante fue cuando Shere Khan empezó a oír las pisadas de los toros que corrían por el barranco, embistiendo todo lo que encontraban a su paso, seguidos por Akela que les azuzaba para que corriesen más.
El tigre, que comprendió tarde lo que estaba pasando, intentó huir corriendo, pero la salida estaba bloqueada por los  toros guiados por Hermano Gris. Desesperado, intentó escalar las paredes del barranco, pero tampoco pudo porque tenía el estómago lleno después de la comilona.
-¡Maldito mocoso, nunca debí intentar cazarte! - gritó a pleno pulmón. 

Y estos fueron los últimos instantes en los que Shere Khan, el tigre cojo de la selva de Seeonee amenazó a alguien, pues ni siquiera él, el enorme tigre de tres metros de largo pudo sobrevivir a una estampida de toros.

Mowgli estaba contento, por fin había acabado con el peligro de Shere Khan, pero aún le quedaba una cosa por hacer para cumplir la promesa que hizo una vez.
Cogió el cuchillo que llevaba siempre encima y como un experto le quitó la piel al cuerpo sin vida del tigre, se la echó encima y salió corriendo junto a sus compañeros lobos hacia la Roca del Consejo.

Al llegar, puso la piel del tigre sobre la roca en la que se sentaba siempre Akela cuando era el jefe de la manada.
Akela llamó a todos los lobos y cuando estuvieron reunidos gritó la misma frase que había dicho hacía ya muchos años:
- ¡Mirad!, ¡mirad bien lobos!
Y todos los lobos empezaron a gritar el nombre de Mowgli la rana y a aullar a la luna.
- !Sed nuestros jefes Akela y Mowgli¡ - pedían los lobos - ¡estamos cansados de estar sin jefe! ¡queremos volver a ser el Pueblo Libre!
- Nos echasteis de la manada y no quisisteis saber nada de nosotros. Cómo castigo no seremos vuestros jefes. Para el futuro, pensad bien las cosas antes de hacerlas y si elegís a un jefe, elegid a uno que sea bueno - dijo Mowgli.

Y fue así, como un lobo más joven pero igual de capaz y fuerte que Akela a su edad, fue nombrado jefe de la manada del Pueblo Libre. Se llamaba Fao y lo primero que hizo fue admitir en la manada a Akela, que tenía ya el pelaje blanco de lo viejo que era, esperando que los jóvenes lobatos aprendiesen de la sabiduría del viejo lobo. Por su parte, Mowgli decidió vivir un tiempo con los lobos, para así poder volver a ver a Kaa y al resto de sus amigos con los que aún le quedaba por vivir una última gran aventura.

Pero esa... es otra historia...